PROVINCIA DE BUENOS AIRES
DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE EDUCACIÓN SECUNDARIA Nº 1
AÑO: 2013
CURSO: 4to AÑO
ESPACIO CURRICULAR: LITERATURA.
PROFESOR. María N. Santellán.
INTEGRANTES:
Tema 1
Trabajo
práctico: Cosmovisión trágica
1)
Lee
el cuento “El niño que tenía un oso de trapo” de Manuel Lueiro Rey y “Mamá” de
Martha Mercader. Luego investiga la biografía del autor. Posteriormente
reconoce si este relato puede vincularse con la vida del autor.
2)
Investiga
a partir de los indicios brindados en el cuento, el contexto histórico, social
y político de la época en la que se desarrolla la acción. Posteriormente
escribe un texto informativo con la información relevante de dicha época.
3)
Determina
por qué el autor, Manuel Lueiro Rey, habrá dedicado este cuento a Pablo
Picasso. Pera realizar esta tarea, tendrás que investigar quién fue Picasso y
qué relación tuvo su obra con la temática planteada en el cuento. Justifica tu
respuesta.
4)
Relaciona
la siguiente obra de arte titulada Guernica de Picasso, con el Cuento El niño que tenía un oso de trapo.
1) Realiza un power point con
imágenes que deberás seleccionar de la web. El mismo debe recrear el tema planteado en el cuento dado.
Posteriormente selecciona una canción de actualidad que pueda incluirse dentro de la cosmovisión
trágica y que tenga alguna con las imágenes que elegiste. Ésta debe
sonar como música de fondo en tu power.
2) Justifica por qué este cuento puede incluirse dentro de la
cosmovisión trágica.
3) ESTE TRABAJO DEBERÁN EXPONERLO ANTE SUS COMPAÑEROS EN FORMA ORAL,
DESPUÉS DE HABER LEÍDO EN VOZ ALTA EL CUENTO. PODRÁN AYUDARSE CON AFICHES
E IMÁGENES PARA ORGANIZAR LA EXPOSICIÓN.
De Manuel Lueiro Rey
a Pablo Picasso, con
esperanza, siempre con esperanza…
“El niño que tenía un oso de
trapo”
Si el niño hubiese llegado a
hombre, yo sé que trataría de humanizar con esfuerzo la materia grosera que
perdura aún desparramada por el ancho
mundo en que vivimos.
El niño iría pisando los caminos del mundo,
haciendo intentos parar abrir los horizontes nuevos a las miradas ciegas de las
gentes ciegas.
Si el niño hubiese llegado a
hombre, yo sé que amaría la piedra y el árbol, el agua de los torrentes, la
espiga madura del trigo, la fuerza ayudadora del viento, las aspas limpias de
los molinos de Castilla…
En cada cosa -¡la tierra!..¡el
agua!… el pan! - buscaría con denuedo
los bienes por los cuáles el hombre ha de luchar.
Si el niño llegase a hombre,
yo sé que amaría el perro que defiende la casa de labranza, el caballo de tiro,
a las gallinas caseras del gallinero casero; amaría la oveja y la abeja- ¡la
lana!…¡la miel!…- los gatos ratoneros, los pájaros libres, los peces fríos del
río, las paloma inocentes, las meseta y la montaña, la espuma del mar…
Si el niño hubiese llegado a
hombre, amaría el fuego, la energía que se esconde en la naturaleza viva, las
voces humanas de los vecinos, el trabajo eficiente de todos, el bien colectivo…
Pero aquél niño
Solamente tenía seis años de
vida
Un puñado de horas, un breve
puñado,
Un puñado de barro, un puñado
de sal,
Y amaba a su oso de trapo…
El oso de trapo era el único
juguete de que disponía. El oso de trapo era la verdad de su tiempo. El oso de
trapo estaba siempre con él. Los dos veían cómo los días pasaban madurando el instinto..
El niño sabía que el oso era
un animal de trapo, gozando de sus pasiones inocentes, penetrando en sus
secretos, presente en sus ansias desbordadas.
El oso de trapo, sin saberlo
ya tenía un pedacito del corazón del niño. Él se lo había dado. Un pedacito del
corazón que latía al mismo ritmo del corazón del niño.
En la tela de sus patas, en la
curva de su lomo, en el brillo de sus ojos de cristal, en el silencio
incomprensible del aserrín de su relleno, ya había penetrado la vida del niño
como un hermoso misterio latente..
Era un oso pequeño,
inofensivo, Un oso blanco de trapo. Pero ya tenía un pedacito del corazón del
niño…
Una vez en que el niño jugaba
a la puerta de su casa, sentado en la piedra de su acera, le preguntó al oso de
trapo:
-Cuando yo me muera…¿tú qué
harás?
El oso no dijo nada. Dobló la
cabeza sobre la mano inocente del niño y lo miró fijamente con sus ojos de
cristal.
El niño entonces le dijo:
_¡Tonto!… Cuando yo me muera
de viejo quiero que te entierren conmigo.
Pero no fue así. No. No fue
así como el niño pensaba.
¡Un día alguien trajo la
muerte!
El niño jugaba en la plaza del
pueblo… Sobre a tierra firme de la plaza del pueblo…Gozando del sol claro del
sol de abril….
Entre las ramas de los
árboles, con la savia nueva, se oía el piar de
pájaros libres…Y el sol batía en el cristal de las ventanas libres…Y el
aire removía los cabellos libres del niño…Y las mujeres voceaban libremente en
el mercado del pueblo…
¡Libre era todo!
¡La voz del hombre!
¡El juego el niño!…
¡El agua!…
¡El viento!…
¡la luz!
¡El sol!….
¡Libre era todo!
De pronto un vuelo de cuervos
dejó caer la muerte desde el cielo. La muerte caía desde el cielo sobre los
tejados de las casas del pueblo en forma de metralla…
Y entonces…
Hubo un caballo desventrado,
atravesado por una lanza…
Y una casa en llamas…
Y esparcidos la cabeza y los brazos
de un hombre muerto…
y una mano empuñando una espada
rota…
y una mujer desnuda a rastras…
y en una ventana
un perfil gigante de otra mujer llorando, con los pechos y las manos
separadas encima del alféizar…
y un brazo extendido hacia fuera sosteniendo una antorcha encendida…
y otra mujer, rodeada de llamas, levantando los brazos al cielo…
Y un toro en actitud belicosa, con la cabeza vuelta hacia un lado y la
cola levantada…
Y un pájaro alargando el cuello, con el pico abierto…
Y delante del toro, otra mujer gritando porque llevaba en los brazos al
niño muerto…
¡En el suelo oscuro, lleno de sangre inocente, una flor, sólo una flor…!
Al niño lo enterraron sin el oso de trapo. En la tabla que señala su
tumba – un puñado de tierra, un puñado de silencio- se puede leer:
EL niño
Antonio Zabalagoitta Echevarría
Muerto en el bombardeo
De los aviones alemanes
El día 26 de abril de 1937
GUERNICA
Pero yo sé que si aquel niño hubiese llegado a
hombre, seguiría pisando la tierra con firmeza, buscando los caminos nuevos,
porque tenía los ojos llenos de esperanza.
Manuel Lueiro Rey
El niño que tenía un oso de trapo
Un cuento
de Manuel Lueiro Rey, (de “Vicente y el otro”, año 1968)
PROVINCIA
DE BUENOS AIRES
DIRECCIÓN
GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN
ESCUELA
DE EDUCACIÓN SECUNDARIA Nº 1
AÑO:
2012
CURSO:
4to AÑO
ESPACIO
CURRICULAR: LITERATURA.
PROFESOR.
María N. Santellán.
INTEGRANTES:
Tema 2
Trabajo
práctico: Cosmovisión trágica
1) Lee el cuento “Mamá” de
Martha Mercader. Luego investiga la biografía de la autora.
2) Reconoce indicios en el cuento que te permitan dar cuenta del
contexto histórico, social y político de la época en la que se desarrolla la
acción. Posteriormente escribe un texto informativo con la información
relevante de dicha época.
3) ¿Por qué puede afirmarse que
este cuenta refleja claramente la violación de los “Derechos Humanos”? ¿Qué
derechos primordiales carecen los ciudadanos de aquella época?
4) ¿Qué símbolos o expresiones
pueden vincularse al gobierno imperante que se refleja en el texto?
5)
Relacionen las
siguientes imágenes con el relato. Justifiquen todas las vinculaciones
que establecieron entre las imágenes propuestas y el cuento.
El siguiente cuento, “Mamá”, es una obra inédita de la escritora
Argentina Martha Mercader
Mamá
Martha Mercader
A veces la veo. Alta, esbelta, con ese pelo enmarañado que ella se
empeñaba en no peinar demasiado. La época no era propicia para hacerle a los
jóvenes indicadores sobre su aspecto, pero cuando exageraba su estilo de mujer
en la selva, yo le decía: “Es evidente que la revolución empieza por la
cabeza”. Y ella se reía. Reía con la boca, con los dientes, su risa le
resplandecía por todo el cuerpo. Reía con la alegría de sentir carnalmente su
juventud. Era muy bella.
Ahora tendría la edad que yo tenía en ese entonces.
Otras veces, cuando la veo, no ríe. Dice “es una vecina”
mirándome con terror contenido, una mirada clave que yo descifro sin pestañear.
Siempre tiene veinte años, los años los tenía en el 78.
Lo que intento escribir sucedió en 1978, en La Plata, y no sé
cómo contarlo. Nos sucedió a nosotras, pero al pasarlo al papel casi me parece
una historia ajena.
Aquella mañana, no sé por qué, tal vez fuera un presentimiento,
se me ocurrió ir a casa de Mariana sin motivo alguno, sólo para verla a ella y
a la nena, lo que al fin y al cabo, era motivo más que suficiente. Pocas veces
iba a su casa; prefería que ella viniera a la mía, y que la trajera a Clarita.
No me gustaba que se hubiera mudado tan lejos. Las diferencias en el alquiler
no serían tan grandes. Para mí, Tolosa era casi otra ciudad. Yo no sabía en qué
andaba Oscar, mi yerno, ni quería enterarme. ¿Por qué no duraba en ningún
empleo, siento tan inteligente como era? Todo se complicaba en aquella época.
Tomé un colectivo que me llevó hasta la estación de ferrocarril.
Después, decidí caminar. Era lindo sentir el aire de la primavera en las
tranquilas veredas del barrio.
Habían alquilado un departamento en la planta baja de un edificio
de dos pisos, el último que se abría a un pasillo largo y estrecho, unos doce o
trece metros. Mariana me abrió la puerta sonriendo, como si esperara algo muy
bueno de la vida.
¡Sabés mamá, hoy Clarita me dijo “mamá”! ¡Apenas tiene ocho
meses! ¡Mi hija es una genia!
Me dio mucha alegría ver de nuevo la alegría de mi hija. Le hacía
falta. Ella no solía quejarse, pero la vida con Oscar debía ser difícil. Se
casaron tan jóvenes y él sin terminar la carrera, y embarazada, a ella nadie
quería emplearla. Después, con la nena, le resultó más difícil. Yo le decía, dejámela
a mí, yo me puedo hacer cargo de ella algunas horas, pero era imposible
combinar bien los horarios, los míos son irracionales, como los de casi todos
los profesores del secundario. Además, Mariana es, era, bastante orgullosa y
sospecho que quería demostrar que podía arreglárselas sola.
– ¿Querés un mate?
Pasamos a la cocina y Mariana encendió la hornalla para calentar
la pava.
– ¿Está despierta?
– Se quedó pipona de tanto mamar y se durmió con el pezón en la
boca.
Fui hasta el dormitorio y la contemplé dormir despatarrada en su
cuna con la placidez de lo bienaventurados. Mariana se me acercó y puso su mano
en mi hombro. Una oleada de felicidad me invadió. Allí estábamos las tres,
unidas por una ternura envolvente como una marea silenciosa. Le di a Clarita un
beso en la frente, más simbólico que real, casi sin tocarla., porque no quería
perturbar su sueño. Volvimos a la cocina y me senté. Mariana se sentó a mi
lado, y se quedó callada, algo extraño en ella, siempre inventando cosas para
moverse. Sentí que por fin había llegado el momento de dialogar con mi hija
como dos mujeres adultas.
En el dormitorio, Clarita emitió un sonido como una ramita que se
quiebra. Me levanté, como para ir a verla, pero Mariana me dijo:
“Tranquila, no es nada”.
No, no era nada, pero me había sonado como un preludio triste.
Apenas Mariana me cebó el primer mate, oímos retumbar en el
pasillo el taconeo de varias botas machistas. Supe sin lugar a dudas que venían
hacia nosotras.
– ¡Abran! ¡Policía!
Mariana y yo nos pusimos de pie, mudas, aterradas.
– ¡Sabemos que Mariana López está ahí! ¡Abran! ¡Cuánto antes,
mejor! ¡No nos hagan perder la paciencia!
Imposible escapar. Imposible resistir.
– ¡Abran o rompemos la puerta!
Mariana abrió. Tres soldados, con ropa de fajina, entraron
apuntando con armas largas. Detrás, un tipo joven, corte de pelo a la
americana, camisa bien planchada y campera de cuero, informó:
– Orden de llevarnos a Mariana López y a Oscar Marino.
– Oscar no está -dijo Mariana.
– ¡Revisen!
Los uniformados recorrieron todo el departamento, lo que les
llevó muy poco tiempo. Mientras tanto, el de civil hurgaba displicentemente los
cajones y placares de la cocina.
– Esperaremos hasta que llegue.
– ¿Dónde está la orden de allanamiento? -se animó a decir
Mariana.
– No te me insolentes. Ya vas a saber lo que es bueno.
Su voz sonó como un rugido corto, bajo, pero con mucha fuerza.
Parecía recién bañado y olía a perfume inglés. Yo sentí mucha culpa por pensar
estas cosas, en semejante trance. ¿Soy una desalmada?, me preguntaba.
En ese momento sonaron varios ruidos secos en el pasillo. Aunque
no quisiera admitirlo, tenía que reconocer que habían sido cinco o seis
balazos. Mariana intentó salir corriendo pero los soldados la sujetaron.
Alguien afuera, informó:
– Le dimos.
Mariana gritó:
– ¡Asesinos!
El de civil ordenó:
– Llévensela.
Actuaban mecánicamente, sin perder ni un segundo.
– ¿Y a ésta?, preguntó uno de los soldados señalándome a mí. Con
dos soldados sujetándola por los brazos, Mariana me envió una mirada
trascendente, una mirada en clave, dirigida sólo a mí, que yo descifré sin
pestañear. En seguida miró a los hombres y gritó:
– ¡Es una vecina! ¡Déjenla!
No sé si le creyeron o qué, lo cierto es que se fueron como si yo
fuera una cosa que no importaba.
A Mariana la arrastraron hasta el Ford Falcon verde estacionado a
la puerta, según me contó el único vecino que se atrevió más tarde a dirigirme
la palabra. A Oscar, malherido o muerto, lo habían tirado en el jeep.
Yo corrí hasta la cuna porque Clarita lloraba a gritos. La alcé y
la acuné hasta que se calmó. Entonces recostó su cabecita en mi pecho, como
buscando la teta y balbuceó “mamá”.
Desde ese día fui la mamá de mi nieta.
_________________________________________________________________________________________
Martha Mercader nació en La Plata en 1926. A su labor literaria suma una intensa actividad cultural que, entre otros cargos políticos, la llevó a ocupar una banca en la Cámara de Diputados entre 1993 y 1997. Escribió varios cuentos, relatos para chicos, guiones cinematográficos, piezas teatrales y novelas entre las que se destacan Juanamanuela, mucha mujer y Belisario en son de guerra. El presente texto es un cuento inédito.
Martha Mercader nació en La Plata en 1926. A su labor literaria suma una intensa actividad cultural que, entre otros cargos políticos, la llevó a ocupar una banca en la Cámara de Diputados entre 1993 y 1997. Escribió varios cuentos, relatos para chicos, guiones cinematográficos, piezas teatrales y novelas entre las que se destacan Juanamanuela, mucha mujer y Belisario en son de guerra. El presente texto es un cuento inédito.
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE EDUCACIÓN SECUNDARIA Nº 1
AÑO: 2012
CURSO: 4to AÑO
ESPACIO CURRICULAR: LITERATURA.
PROFESOR. María N. Santellán.
INTEGRANTES:
Tema 3
Trabajo
práctico: Cosmovisión trágica
1) Lee el cuento “No dejes que una bomba dañe el clavel de la
bandeja” de Esteban Valentino. Luego investiga la biografía del autor.
2) Reconoce indicios en el cuento que te permitan dar cuenta del
contexto histórico, social y político de la época en la que se desarrolla la
acción. Posteriormente escribe un texto informativo con la información relevante
de dicha época.
3) Relacioná el siguiente tema
musical con el cuento. Justificá dentro de qué otra cosmovisión vista durante
el presente año puede incluirse esta
canción.
Dos Trajes Vacios
Daniel Lezica
Dos
enamorados
Que se conocieron
En muy lejano
Pueblito del sur
Pusieron el día,
Padrinos, iglesias
Un vestido blanco
Y un smoking azul
Pero no pudieron
Cumplir ese sueño
El diablo de entonces
Los hizo morir
Ella en su casa
Él en las Malvinas
Una noche fría
De aquel mes de abril
Los enamorados
Del lejano pueblo
Habían pensado
Un hijo tener
Pero una mañana
De viento y de nieve
El se fue a la guerra
Para no volver
Y nunca pudieron
Cumplir ese sueño
El diablo de entonces
Los hizo morir
Ella en su casa
Él en las Malvinas
Una noche fría
De aquel mes de abril
Que se conocieron
En muy lejano
Pueblito del sur
Pusieron el día,
Padrinos, iglesias
Un vestido blanco
Y un smoking azul
Pero no pudieron
Cumplir ese sueño
El diablo de entonces
Los hizo morir
Ella en su casa
Él en las Malvinas
Una noche fría
De aquel mes de abril
Los enamorados
Del lejano pueblo
Habían pensado
Un hijo tener
Pero una mañana
De viento y de nieve
El se fue a la guerra
Para no volver
Y nunca pudieron
Cumplir ese sueño
El diablo de entonces
Los hizo morir
Ella en su casa
Él en las Malvinas
Una noche fría
De aquel mes de abril
4)
Analiza
las siguientes publicaciones realizadas por los medios de comunicación en la
época en la que transcurre las acción del cuento. Posteriormente investiga cómo
actuaban los medios de comunicación en ese momento. ¿Reflejaban lo que
verdaderamente estaba ocurriendo?
5)
Relacionen las
siguientes imágenes con el relato. Justifiquen todas las vinculaciones
que establecieron entre las imágenes propuestas y el cuento.
Autor desconocido.
Exhibición de los Cuadros "Guerra de
Malvinas" de Paco Galey
Hundimiento del Crucero A.R.A. Gral. Belgrano
|
6)
Realiza un power point con imágenes que
deberás seleccionar de la web. El mismo debe
recrear el tema planteado en el cuento dado. Posteriormente selecciona
una canción de actualidad que pueda
incluirse dentro de la cosmovisión trágica y que tenga alguna
con las imágenes que elegiste. Ésta debe sonar como música de fondo en
tu power.
7)
Justifica
por qué este cuento puede incluirse
dentro de la cosmovisión trágica.
8)
ESTE
TRABAJO DEBERÁN EXPONERLO ANTE SUS
COMPAÑEROS EN FORMA ORAL, DESPUÉS DE HABER LEÍDO EN VOZ ALTA EL CUENTO. PODRÁN
AYUDARSE CON AFICHES E IMÁGENES PARA
ORGANIZAR LA EXPOSICIÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario